Imagina un mundo sin el concepto del cero. Un número que representa la nada, el vacío, el punto de partida para todas las matemáticas modernas.
Ahora, piensa en una civilización antigua que, siglos antes que otros, ya había comprendido y utilizado este revolucionario concepto: los antiguos Mayas.
La civilización Maya fue una de las primeras en descubrir el cero. Éste era necesario para su numeración porque los Mayas tenían un sistema posicional, es decir, un sistema de numeración en el que cada símbolo tiene un valor diferente según la posición que ocupa.
Utilizaban un punto por cada uno para indicar los números del 1 al 4, una raya horizontal para el número 5, dos superpuestas para el 10 y tres para el 15. Con los puntos correspondientes situados en la parte superior de la raya o rayas se complementaban los números del 6 al 19.
Por ejemplo, el número 6 se representaba con una raya (5) y un punto (1) sobre ella; el número 17, con tres rayas coronadas con dos puntos, etc. A partir de estos simples elementos podría cifrarse cualquier cantidad.
Pero a ello debemos añadir uno más: el cero, que en los códices aparece como un caracol y en las estelas y monumentos como una flor o parte de ella.
Esta innovadora notación numérica maya era extraordinariamente versátil y eficiente. Les permitió realizar complejos cálculos matemáticos, llevar registros históricos y medir el tiempo con precisión.
Además, el cero no solo era un símbolo vacío; simbolizaba el inicio de todo, el punto de partida para la creación y el conocimiento.
Y ahora, con el proyecto del Tren Maya, se abre una ventana hacia esta increíble cultura. A través de esta maravillosa travesía, los viajeros tendrán la oportunidad de visitar y aprender sobre la cultura maya en sus sitios históricos, explorando templos antiguos, ciudades sagradas y sumergiéndose en una experiencia enriquecedora que celebra el legado y la sabiduría de esta civilización ancestral.
El cero, junto con su sistema numérico ingenioso, es un tributo a la genialidad matemática de los antiguos mayas, cuyo legado en las matemáticas perdura hasta nuestros días.
Deja una respuesta