Leyenda Maya las manchas del Jaguar

La leyenda cuenta que en la jungla del Petén, todos los animales eran grandes amigos; la Chachalaca, el Chi’ik (coatí), el Mono, el Cocodrilo, el Venado y el Jabalí se trataban con respeto y no se comían entre sí, sino que se alimentaban de hierbas, frutas y semillas.

Uno de los animales más admirados era el Balam o Jaguar, que en ese momento no tenía manchas. Su hermoso pelaje amarillo brillaba deslumbrantemente como rayos de sol.

El jaguar limpiaba su piel frecuentemente con su lengua, luego se acercaba a una aguada para ver su hermoso reflejo en el agua.

Se decía a sí mismo: «Nadie tiene una piel tan perfecta como la mía».

Un grupo de monos estaba tan feliz junto a un árbol de aguacate que comenzaron a jugar, lanzándose los frutos entre ellos.

El ruido que hacían atrajo a los otros animales, quienes vinieron a ver qué estaba pasando.