En el fascinante recorrido del Tren Maya, existe un tesoro poco conocido pero de enorme valor: los Catvis. Estos Centros de Atención a Visitantes no solo transforman la experiencia turística en sitios arqueológicos icónicos como Chichén Itzá, Uxmal y Ek’ Balam, sino que también están tejiendo un futuro próspero para las comunidades locales a lo largo de la ruta.
El propósito fundamental de estos espacios, supervisados por el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia), va más allá de ser simples puntos de encuentro para los visitantes. Son motores de desarrollo sostenible. ¿Cómo? Permiten a artesanos, comerciantes y miembros de las comunidades cercanas ofrecer sus servicios, mejorando así sus ingresos y creando oportunidades de crecimiento para sus familias.
Pero el impacto positivo no termina ahí. Los Catvis están destinados a convertirse en centros neurálgicos de progreso local, como catalizadores del desarrollo comunitario.
Lo más inspirador es que este impulso no sacrifica la sostenibilidad. Ejemplo de ello es el Centro de Atención a Visitantes en Palenque, Chiapas. Este espacio no solo estará dedicado a recibir a los turistas, sino que también será un modelo de sostenibilidad, con paneles solares, sistemas de tratamiento de aguas y pasajes seguros para la fauna local.
El Tren Maya no es solo un medio de transporte o un enlace entre destinos. Es un compromiso con la preservación cultural y el progreso local. No solo se construye infraestructura, se construye un futuro vibrante para las comunidades mayas de México.
Únete a esta travesía más allá del tren y descubre cómo una vía férrea puede ser el camino hacia un desarrollo inclusivo y respetuoso con el entorno. Sumérgete en la experiencia del Tren Maya, donde cada estación es mucho más que un punto de partida o llegada, es una oportunidad para el florecimiento de culturas y personas.
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